EL PODER DEL DECRETO

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;” (Juan 1:12) RVR

Este es el fundamento de la autoridad del cristiano. A partir de nuestro nuevo nacimiento, un nacimiento del espíritu, somos hechos “hijos de Dios” ; y como tales nos convertimos en representantes del reino de los cielos aquí en la Tierra. Somos embajadores celestiales.

“Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.” (Salmos 2:7) RVR

Los hijos de Dios tenemos poder y autoridad para declarar la Palabra de Dios afectando la realidad que vivimos. La oración insignia que Jesús dejó a sus discípulos nos enseña este principio: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mateo 6:10).
Cuando un hijo de Dios lleno del poder del Espíritu Santo declara la Palabra de Dios en la Tierra, activa el poder transformador del cielo para operar cambios sobrenaturales en el presente conforme a la voluntad del Padre.
Los decretos espirituales establecen los principios de Dios. Ellos son eternos, incondicionales, absolutos e irrevocables. Todo lo que Dios declara en su Palabra, tiene poder y autoridad para transformar la realidad que vivimos independientemente de las circunstancias.
Hay 3 maneras de decretar:
  1. PALABRA HABLADA: Proclamando a viva voz lo que Dios dice.
  2. PALABRA ESCRITA: Haciendo una declaración por escrito de algo que Dios haya hablado a tu vida.
  3. ACTOS PROFÉTICOS: Los actos proféticos son acciones materiales llevadas a cabo en el mundo natural, en fe y obediencia a una Palabra concreta recibida de parte de Dios para una situación específica.
La Biblia nos cuenta la historia de Daniel, un joven judío que fue llevado cautivo a Babilonia, puesto al servicio del rey Nabucodonosor, luego de Belsasar y posteriormente del rey de los Medos y los Persas, el rey Darío. Dice la Biblia que en todo el imperio no fue encontrado alguien con la sabiduría, el conocimiento y las habilidades de Daniel, a tal punto que el rey Darío lo puso como autoridad sobre todos los demás gobernantes.
Los gobernantes, sabios y administradores del imperio tramaron un plan para deshacerse de Daniel, buscando condenarlo a muerte para ser comido por leones, pero la mano de Dios siempre estuvo sobre su vida. Jehová envió a su ángel para tapar la boca de los leones y preservarlo. Así como los leones no tocaron a Daniel tampoco tocarán tu vida. No importa lo que el enemigo planee en tu contra, la mano de Dios no se apartará de ti. Comience a decretar esto sobre su vida

“Entonces el rey dio órdenes de que arrestaran a los hombres que maliciosamente habían acusado a Daniel y los hizo echar al foso de los leones, junto con sus esposas y con sus hijos. Los leones saltaron sobre ellos y los despedazaron aun antes de que llegaran al piso del foso.” (Daniel 6:24) NTV

Sus enemigos fueron enviados al destino de muerte que habían preparado contra Daniel y el rey Darío promulgó un nuevo decreto, reconociendo el poder y la autoridad de Dios sobre la Tierra.

“Así que Daniel prosperó durante el reinado de Darío y el reinado de Ciro, el persa.” (Daniel 6:28) NTV

Quiero orar por tu vida:
Padre quiero bendecir a todo tu pueblo, a todos los que han leído este mensaje. Repita esta oración conmigo.
Declaro lo siguiente sobre mi vida y mi familia:
  • Tu cierras la boca de todo león que se quiera levantar en nuestra contra. No importa lo que el enemigo haya planificado, a los hijos de Dios nos va a ir bien.
  • Nuestro destino no depende de los hombres, nuestro destino está en las manos de Dios.
  • Tu nos levantas, nos bendices y nos prosperas.
  • Tu pones una corona de favor sobre nuestras cabezas. Gracias Padre celestial por tu amor, por tu protección, por tu gracia y misericordia.
En el nombre de Jesús,
AMÉN y AMÉN.
Pr. Omar Olier