EL PODER DE SU GRACIA

“La ley de Dios fue entregada para que toda la gente se diera cuenta de la magnitud de su pecado, pero mientras más pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios.” (Romanos 5:20) NTV

Cuanto mayor sea el pecado, la oscuridad y la maldad, mayor será la gracia y la luz de Cristo que sobreabundará para sanar corazones, restaurar vidas, y dirigirlas hacia la plenitud que Dios soñó para cada uno de nosotros.
El mayor regalo que Dios le hizo a la humanidad es la salvación. ¿Salvados de qué? puede preguntar aquel que aún no conoce a Cristo. Salvados de vivir esta vida alejados de Dios. Salvados de nosotros mismos, de nuestros malos deseos, de nuestros pecados, de vivir una vida mediocre, limitados por nuestros temores, esclavizados por nuestros pecados y debilidades.
La salvación de Dios es un regalo, por lo tanto accedemos a ella por “el poder de su gracia”. No hay manera alguna que el hombre pueda ser salvo por sus propias obras. Si eso fuera posible, no hubiera sido necesario que Cristo venga a salvarnos. Es el regalo de Dios a la humanidad. No porque lo merezcamos, sino por el abundante e infinito amor de Dios por nosotros.

La gracia hizo posible la manifestación del amor de Dios por nosotros.

Muchas religiones utilizan “la culpa” para controlar y manipular a la humanidad. Por muchas generaciones agobiaron a los hombres, convenciéndolos que tenían que hacer determinada cantidad de obras para “ganarse” la salvación. Sin embargo, la Biblia nos enseña que nuestra propia justicia no es suficiente delante de la justicia de Dios. Somos salvos por gracia, por su ilimitado amor hacia nosotros. Dios te ama tal como sos.

“Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios.” (Efesios 2:8) NVI

La gracia es un don de Dios, un regalo que Él nos brinda por su eterno amor. Su amor no tiene fallas, es perfecto e ilimitado.
¿Cómo recibimos su gracia? El libro de Efesios nos dice que la gracia de Dios se recibe por FE. Todos nacemos con una medida de fe. No importa si nuestra fe es grande o pequeña. Aunque fuera tan pequeña como un grano de mostaza, ésa fe es suficiente para mover montañas. Ésa fe tiene el poder suficiente para permitirnos recibir el amor de Dios y su gracia, que opera en nosotros una transformación de vida.

“Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.” (Hebreos 4:16) NTV

No importa lo que las personas intenten hacer en tu contra. Si Dios está contigo, Él te hará justicia. Su gracia y su favor irán delante de ti, y aunque a tu alrededor conspiren para hacerte mal, tu vida prosperará.

La vida de los hijos de Dios no depende del entorno que los rodea o de las circunstancias. No depende tampoco, de lo que los demás hagan en favor tuyo o en tu contra. Depende pura y exclusivamente de la gracia y el favor que Dios ah puesto sobre ti. La fe que Dios depositó en tu interior, hará que tengas la fortaleza y valentía para enfrentar cualquier desafío que venga por delante.

“En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén” (2 Pedro 3:18) NTV

En este momento de oscuridad que está viviendo el planeta entero sumergido en una pandemia, Dios está derramando de su favor y gracia sobre todos sus hijos.

Quiero orar por tu vida: Vamos a activar la gracia, el poder del cielo que opera sobre los hijos de Dios.
Padre amado clamamos a ti en esta hora para que se abran los cielos sobre cada uno de tus hijos. En tiempos de crisis, tu levantas la cabeza de tus hijos. Ellos son levantados ahora por fe, y activamos la gracia de Dios sobre sus vidas. En el entrar y en el salir, en lo que emprendan y hagan, allí se activa tu gracia. Llénalos con tu poder, prospera sus caminos, en el nombre de Jesús. Amén y Amén.
Pr. Omar Olier