Uno de los nombres de Dios, uno de sus atributos, de las características esenciales que lo definen como tal es “Todopoderoso”. La palabra “padre” significa fuente, el lugar de donde brota una corriente inagotable de sustento. Dios es nuestro creador y nuestro proveedor. Él es la fuente de todas las cosas, es el comienzo y el final de todo. Él es nuestro origen, y también será nuestro final el día que nos reunamos juntamente con Él.
Cuando leemos la Biblia, entendemos que Dios es nuestro creador, somos hechura suya, fuimos hechos “a su imagen y semejanza”, y Él hace todas las cosas perfectas. Todo lo que Dios hace es bueno.
Un padre es una progenitor, alguien que da vida, pero que además se hace cargo de esa vida. Padre no es solamente aquel que aporta el material genético para que el óvulo fecunde, sino quien provee a esa nueva vida. Padre es aquel que cubre a ese nuevo ser, es quien lo protege, quien lo guía, es aquel que le enseña. Ser padre, significa ser líder, ser un implementador, alguien que no sólo marca el camino a seguir, sino que da el ejemplo siendo él mismo el primero en recorrerlo.
Esta descripción de la paternidad es un figura que cuesta asociarla con la comprensión actual que los jóvenes tienen acerca de la figura del padre. Hoy en día, es poco habitual conocer gente joven que piense en formar una familia. Por lo general piensan en conseguir una pareja, y los horizontes están puestos en conseguir objetivos que apuntan a la satisfacción personal. Por el contrario, la esencia de la paternidad es “dar”, un concepto que se antepone a toda idea que implique priorizar el interés personal.
Dios se hace cargo de nosotros. Dios es un Padre presente, de hecho el es “omnipresente”. El está y estuvo a tu lado aún antes que seas formado en el vientre de tu madre.
“—Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones.” (Jeremías 1:5) NTV
El día del Padre nosotros celebremos que Dios estuvo, está y estará siempre con nosotros. El está y se hace cargo de nuestras vidas. Aunque tu padre terrenal te haya abandonado, aunque hayas vivido diferentes situaciones de conflicto que hayan intentado apagar tu vida, déjame recordarte que Dios nunca te abandonará ni te desamparará.
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.” (Salmos 27:10) NVI
Jesús enseñaba a las multitudes acerca de las características de su Padre. En una ocasión, utilizó una parábola llamada “El hijo pródigo” para explicar el amor, la perseverancia, la paciencia y la bondad que Dios tiene con sus hijos. En esta parábola, el hijo menor reclama su herencia antes del fallecimiento de su propio padre. El hijo menor quería hacer su propia vida, quería vivir a su manera, a expensas de la relación con su familia, a expensas de dilapidar una herencia que todavía no le correspondía. Tomó el dinero y se fue a un país lejano, donde vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. Sobrevino el hambre, la escasez y la necesidad en ese país. Consiguió trabajo cuidando cerdos, y era tal el hambre que tenía que llegó a codiciar la comida que servía a los animales, pero aún así nadie le daba nada. En ese preciso momento, algo se encendió dentro suyo. La Biblia dice que “volvió en sí”, algo hizo click en su mente, y de repente todos los motivos que lo llevaron a alejarse de la casa de su padre se desvanecieron en un instante.
“Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!” (Lucas 15:17) RVR
El hijo recordó “la casa de su padre…”. No importan la diferentes circunstancias que lo llevaron a recapacitar para volver a la casa de su padre, lo importante es que finalmente cuando el hijo menor decidió volver, se encontró con un padre que esperaba su regreso. Se encontró con un padre que dejó su lugar y salió corriendo a recibirlo porque lo amaba, aún a pesar de sus malas decisiones. Porque lo amaba, aún a pesar de todos sus errores.
Dios es un Dios de amor, es un Padre de misericordia, que nos ama y nos acepta así como somos. Aún si nosotros decidimos abandonarlo, Él no nos abandonará jamás.
“Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta.” (Lucas 15:22-24) NTV
7 ATRIBUTOS DEL PADRE TODOPODEROSO:
- PADRE DE MISERICORDIA: No importa cuán bajo hayamos caído, su amor y misericordia siempre nos encontrará. “Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen.” (Lucas 1:50) RVR
- PADRE DE CONSOLACIÓN: “Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro” (Salmos 56:8) NTV
- PADRE DE AMOR: El amor que todo lo cree, todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta, el amor que núnca deja de ser… (1 Corintios 13:7) RVR
- PADRE DE GRACIA: El Padre jamás nos rechazará. Aún a pesar de nuestros errores, su gracia nos sostendrá. “El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable.” (Salmos 103:8) NTV
- PADRE DE VERDAD: No engaña ni miente. Él es fiel, verdadero y justo. “Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.” (Efesios 4:15) NVI
- PADRE DE JUSTICIA: “Porque el Señor ama la justicia
y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre,
pero acabará con la descendencia de los malvados.” (Salmos 37:28) NVI
- PADRE DE FIDELIDAD: Dios nunca falló y nunca te fallará. Su gran amor por ti es eterno. En las buenas y en la malas, el amor de Dios hacia sus hijos permanece, su fidelidad perdura para siempre. “Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece para siempre.” (Salmos 100:5) NVI
Quiero orar por tu vida:
Padre amado, ¡gracias por haberte conocido! Gracias por ser mi padre Todopoderoso y estar siempre a mi lado, gracias por tu fidelidad, por tu amor y misericordia. Gracias por tu justicia y bondad.
Bendigo a todas las familias de la tierra y bendigo a todos los padres y a los futuros padres para que tengan el sello de Dios. Que sus familias sean guardadas bajo tu amparo y fortaleza. Venga un regalo del cielo a cada padre y si algunos de ellos está ofendido por un hijo, que en esta hora se sanen sus heridas y se convierta en un padre bendecido y poderoso. Dios te bendiga y te llene de su gracia y favor. ¡AMÉN y AMÉN!
Pastor Omar Olier