DIOS PROSPERA A SUS HIJOS

El plan de Dios para su creación siempre fue de prosperidad y bendición. Cuando formó al hombre y a la mujer, los colocó en el huerto del Edén, lugar de abundancia y prosperidad. Este fue su plan desde el principio y lo sigue siendo al día de hoy. Dios quiere que el hombre viva fuerte, sano, próspero, bendecido y que sea de bendición para los demás.
La Biblia nos enseña que Satanás vino a robar, matar y destruir. Su propósito desde el principio, ha sido rebelarse contra de Dios y toda su creación. La Biblia lo llama el Adversario.
“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” (Juan 10:10) NVI
Si hay escasez en tu vida, no es consecuencia de los planes de Dios para ti, es consecuencia de los planes del infierno para el hombre. Hay momentos en la vida del cristiano, temporadas, en las que tocará atravesar desiertos. Pero las temporadas tienen un comienzo y un final, no están destinadas a ser permanentes. Los desiertos que el cristiano experimenta nunca son un destino final. Son sólo lugares de paso, donde Dios trata con nuestros corazones camino a la tierra prometida. El pueblo de Israel anduvo vagando po5 el desierto durante cuarenta años debido a la dureza de su corazón. Sin embargo, la mano de Dios nunca se apartó de ellos. Su presencia los acompañaba de día y de noche. Aún en medio de la sequedad absoluta, Dios se encargó que nunca les faltara la provisión divina a sus hijos.
“Durante cuarenta años te guié por el desierto, sin embargo, ni tu ropa ni tus sandalias se gastaron. No comiste pan ni bebiste vino ni otra bebida alcohólica, pero él suplió tus necesidades para que supieras que él es el Señor tu Dios.” (Deuteronomio 29:5-6) NTV
Un ejemplo claro de la prosperidad que Dios desea para sus hijos lo podemos ver en la vida de Isaac, hijo de Abraham. Isaac era “el hijo de la promesa”, el sueño de descendencia que su padre Abraham no podía concebir. Dios le permitió concebir con su esposa de manera milagrosa un hijo, y por medio de Isaac le otorgó una descendencia tan amplia como las estrellas del cielo. “El hijo de la promesa” era portador de bendición, y allí donde el iba la bendición de Dios lo seguía.
“Cuando Isaac sembró sus cultivos ese año, cosechó cien veces más grano del que había plantado, porque el Señor lo bendijo. Se hizo muy rico, y su riqueza siguió aumentando.” (Génesis 26:12-13) NTV
Isaac era un emprendedor. Los emprendedores no son personas conformistas, tienen sueños, ideas, proyectos, y trazan un plan para llevarlos a cabo. Allí donde Isaac iba, cavaba un pozo y encontraba agua.
“Los siervos de Isaac también cavaron en el valle de Gerar y descubrieron un pozo de agua fresca; pero después, los pastores de Gerar llegaron y reclamaron el manantial. «Esta agua es nuestra», dijeron ellos, y discutieron sobre el pozo con los pastores de Isaac.” (Génesis 26:19-20) NTV
El espíritu contrario al emprendedor es “el conformismo”. Isaac no se quedó esperando que le llueva una bendición del cielo. Muy por el contrario, Isaac se arremangó, tomó una pala y ¡se puso a trabajar! Las bendiciones de Dios no se esperan, se buscan. Es momento de emprender aquel sueño que tienes postergado. Dios bendecirá lo que hagas, Él recompensará tu esfuerzo. Donde otros fracasaron, tu encontrarás un manantial.
Cada vez que Isaac cavaba un pozo encontraba agua fresca. Quiere decir que el agua siempre estuvo allí, esperando ser hallada por un emprendedor; esperando que un hombre de fe no se conformara a las circunstancias, esperando que alguien accione, esperando que alguien TOME UNA PALA.
Hay manantiales de agua fresca preparados de antemano por Dios para bendecir tu vida en medio del desierto. No importa lo que las circunstancias a tu alrededor digan, no importa si los demás lo intentaron y no lo lograron, LOS HIJOS DE DIOS SOMOS PORTADORES DE BENDICIÓN, PORTADORES DE PROMESA.
Los filisteos no trabajaban la tierra, se habían conformado con la sequedad y la escasez del desierto. Pero cuando Isaac cavaba pozos y encontraba agua, enseguida se aparecían para reclamar la propiedad de aquello que no habían trabajado. ¿Le suena conocida la historia? Gente que no trabaja y quiere apropiarse de los frutos del trabajo que otro realiza (cualquier parecido con la situación que vive nuestro país es una mera coincidencia).
Isaac evitó el conflicto, sabía que la bendición de Dios estaba sobre su vida y que lo seguiría a donde fuera. Por eso entregó esos pozos y fue a otro territorio, donde volvió a cavar la tierra y nuevamente encontró agua. Es natural que la bendición de Dios sobre sus hijos despierte envidia en aquellos que se conforman con la pasividad, la escasez y la aridez del desierto. Primero intentarán tapar tu pozo tirando tierra sobre el. Luego, cuando vean que eso no es suficiente y que la bendición de Dios sigue estando sobre tu vida, intentarán apropiarse de tu bendición. Pero los hijos de Dios no estamos llamado a entrar en conflicto, sino a amar y a bendecir al prójimo, predicando con nuestro propio ejemplo acerca del amor, el perdón, y la misericordia de Dios para con los hombres por medio de Jesucristo.
“Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes.” (Lucas 6:29-31) NTV
Los hijos de Dios debemos tener en claro cuál es nuestro propósito. La vida es un regalo del cielo. El Adversario intentará robarnos ese tiempo como sea: (con juicios, reclamos, contiendas, peleas) pero los hijos de Dios estamos para bendecir. Somos llamados a transformar la realidad que nos rodea, trayendo el cielo a la tierra. Somos un canal de bendición, somos bendecidos para bendecir. Que nada te aparte de tu verdadero propósito.
La bendición sobre Isaac era tan grande, que aún a pesar de los muchos intentos de los filisteos por frenarlo, no pudieron con el. Isaac se volvió tan rico, grande y poderoso, que el rey Abimelec le propuso hacer un tratado de paz. La bendición sobre él, su familia y sus descendientes era tan evidente, que el enemigo tuvo que reconocerlo. El rey Abimelec juró no interferir más en sus asuntos.
Viene una promoción grande a tu vida. La bendición de Dios está con sus hijos. No importa lo que las circunstancias digan, no importa cuántos obstáculos el enemigo quiera poner en tu camino. Cuando caminas en obediencia bajo la cobertura del Omnipotente, podrás encontrar fuentes de agua en medio del desierto. TU VIDA SE CONVERTIRÁ EN UN MANANTIAL DE AGUA FRESCA, Y SERÁS DE BENDICIÓN A TODOS A TU ALREDEDOR.