Tu Alimento Diario

Salmos 68:5-6

Padre de los huérfanos, defensor de las viudas, ¡este es Dios! Él ubica a los solitarios en familias; pone en libertad a los prisioneros y los llena de alegría. Pero a los rebeldes los hace vivir en una tierra abrasada por el sol.

Dios desea suplir todas las necesidades, incluso de los más desprotegidos, para que el huérfano tenga un “Padre”, la viuda un “Esposo”, los prisioneros atados a vicios, depresión, amargura, tengan un “Libertador”.

Deja toda rebeldía de lado, entrégate en sus manos, para que esta promesa se active en ti y comiences a transitar un nuevo tiempo.

Ora así: Dios, gracias por ser mi Padre, mi Libertador, por estar presente a pesar de mis pecados. ¡Perdoname! Creo en tus Promesas y las recibo. En el Nombre de Jesus, amén.

¡Bendecido Domingo!