Tu Alimento Diario
San Lucas 10:5
«En cualquier casa adonde entren, antes que nada digan: Paz a esta casa.»
Estamos acostumbrados a hablar siempre mal: discusiones entre los cónyuges, peleas entre padres e hijos, críticas al jefe, desprecio al empleado, desconfianza con los gobernantes.
El primer perjudicado eres tú mismo, porque al estar siempre hablando negativamente y quejándote de todo, terminas deprimido, angustiado, desanimado. Y por otro lado, los que te escuchan, también son afectados.
Jesús te propone otro estilo de vida: donde vayas habla bien, bendice, lleva paz a tu casa, a tu trabajo, entre tus amigos. ¡Que tus palabras siempre sean de edificación!
Ora así: Padre Dios, te pido perdón por haber hablado tantas veces mal y provocar un clima desagradable a mi alrededor. Decido cambiar mi manera de pensar, de hablar, de comportarme, para generar un ambiente de bendición en mi casa y donde vaya. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!