Tu Alimento Diario
Rut 2: 2-3
Un día Rut le dijo a Noemí, su suegra: Déjame que vaya al campo, a ver si algún segador me permite ir detrás de él recogiendo espigas. Ve, hija mía le respondió su suegra. Rut, pues, fue al campo y se puso a recoger las espigas que dejaban los segadores. Aquel campo era de Booz, pariente de Elimélec, su difunto esposo.
El destino de esta joven viuda parecía marcado para recibir solo las sobras que dejaban los que cosechaban; pero los planes de Dios eran distintos y mejores, a tal punto que finalmente se terminó casando con el propietario de ese campo y de “esclava” pasó a ser “dueña”.
Dios puede hacer que tu vida cambie también. No te quedes quieto, imita a Rut: cree en Dios y comienza a hacer algo con tus manos, aunque parezca pequeño; acepta y confía en los extraordinarios planes que el Señor tiene para tu vida.
Ora así: Padre Dios, gracias por tu Palabra que siempre genera buenas expectativas en mi vida. Sé que tienes planes más grandes que mis pensamientos. Me activo y camino en fe para concretarlos. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Jueves!