Tu Alimento Diario

2 Reyes 5:1-3

El rey de Aram sentía una gran admiración por Naamán; pero a pesar de ser un poderoso guerrero, Naamán padecía de lepra. Los saqueadores arameos habían invadido la tierra de Israel, y entre sus cautivos se encontraba una muchacha, esclava de la esposa de Naamán, quien le dijo a su señora: Si mi amo tan solo fuera a ver al profeta de Samaria; él lo sanaría de su lepra.

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Así como aquella muchacha, dejó de lado su esclavitud, y fue instrumento para que Dios sane a su amo, tú también, aunque no estés conforme con el lugar donde trabajas o vives, puedes llevar a otros soluciones celestiales a problemas terrenales, ser instrumento para salvar eternamente a quien está perdido, e incluso brillar y prosperar donde transitoriamente te encuentras.

Ora así: Padre Dios, entiendo que tienes un propósito con mi vida en este lugar, para no solo ser de bendición a otros, sino también prepararme para una etapa mejor en mi vida. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Domingo!