Tu Alimento Diario
Proverbios 22:2-3
El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los hizo el Señor. El prudente se anticipa al peligro y toma precauciones. El necio avanza a ciegas y sufre las consecuencias.
Se ha desatado una pandemia que alcanza a todos por igual, ricos y pobres. La diferencia está en que hay quienes viven prudentemente, escuchando y atendiendo las advertencias, evitando el peligro; otros, en cambio, son insensatos, no se cuidan ni protegen a los demás.
Pero hay una advertencia superior, que va más allá de la sanidad del cuerpo: es la salvación de tu alma. Estas advertencias también debes escucharlas y obedecerlas, evitando los sufrimientos en la tierra y los eternos. Jesús es el “médico del alma”, quien dio todo para que por su sacrificio tengas vida eterna. Cree, recibe y te salvarás.
Ora así: Padre Dios, gracias por tus consejos que me ayudan a vivir prudentemente, cuidando mi cuerpo y mi alma. Creo que Jesús dio su vida por mi salvación. Lo recibo en mi vida. Amén.
¡Bendecido Miércoles!