Tu Alimento Diario
San Juan 20:26-29
«Ocho días después de la resurrección de Jesús, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». Entonces le dijo a Tomás: Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree! ¡Mi Señor y mi Dios! exclamó Tomás. Entonces Jesús le dijo: Tú crees porque me has visto; benditos son los que creen sin verme.»
Tomás les había dicho a los otros discípulos que si no podía tocar y meter su mano por el costado de Jesús no creería que había resucitado.
La mente siempre quiere ver para creer. Sólo por la fe, puedes creer para luego ver.
Jesús, que es el autor y consumador de la fe, llama benditos a los que sin ver, creen que Él dio Su vida para perdón de los pecados, a los que confían que hace posible lo que parece imposible, a los que creen que por sus heridas son sanados, a los que confían que se hizo pobre, para que seamos enriquecidos en todo.
Ora así: Padre Dios, doy lugar a la fe y confieso que creo que Jesús dio su vida para que yo, la tenga en abundancia. Creo en tu Palabra y Promesas y que veré grandes milagros en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!