Tu Alimento Diario
Hechos 5:14-16
«Los hombres y mujeres que creían en el Señor iban aumentando en número, y en sus camas y lechos sacaban a los enfermos a la calle, para que al pasar Pedro por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. Aun de las ciudades vecinas venían muchos a Jerusalén, y traían a sus enfermos y a los atormentados por espíritus inmundos, y todos eran sanados.»
El apóstol Pedro no estaba encerrado en el templo. Caminaba las calles de Jerusalén, y mientras hacía sus actividades cotidianas, sanaba, liberaba, bendecía, mostrando cotidianamente a un Cristo vivo.
Al ir a tu trabajo o a la universidad, al hacer los mandados o cocinar, muestra a todos el amor de Jesús, alumbra tu hogar, barrio y ciudad. La luz siempre prevalece, pero hay que llevarla adonde hay oscuridad.
Ora así: Padre Dios, Recibo la luz de Jesús, porque creo que la única manera de que las tinieblas se vayan de mi barrio, de mi ciudad, es si alumbro todo el tiempo, en todo lugar donde vaya. Amén.
¡Bendecido Domingo!