Tu Alimento Diario
Santiago 4:2-3
Envidian lo que otros tienen, luchan para quitárselo. No tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios. Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.
Dios te anima a que le pidas, pero ¿qué estás buscando? No esperes recibir cuando tu motivación es la envidia, lo que solo va a satisfacer tus deseos egoístas, caprichosos, pecaminosos.
Pide con sabiduría, como un hijo maduro, no solamente para bendición tuya, sino para prosperidad de tu ciudad y nación.
Ora así: Padre, dame sabiduría para pedir y actuar para felicidad de mi casa, y también para que se haga tu voluntad como en el Cielo, también en mi Tierra. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!