Tu Alimento Diario
Salmos 51:1-4
Ten misericordia de mí, oh Dios, debido a tu amor inagotable; a causa de tu gran compasión, borra la mancha de mis pecados. Lávame de la culpa hasta que quede limpio y purifícame de mis pecados. Pues reconozco mis rebeliones; día y noche me persiguen. Contra ti y solo contra ti he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo.
Ni siquiera David, el más grande rey de Israel, pasaba el examen de pureza; y por eso escribió este Salmo pidiendo perdón por sus pecados.
Dios conoce tu corazón, tus debilidades, tus errores y pecados; y espera que humildemente lo reconozcas, te arrepientas, le pidas perdón, te reconcilies con Él, y por su amor inagotable y misericordia, recibas su bendición.
Ora así: Padre Dios, me arrepiento de mis pecados, te pido perdón por mis faltas. Reconozco que no la merezco, pero conforme a tu amor y misericordia pido tu bendición. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Sábado!