Tu Alimento Diario
Salmos 55:1-7
Escucha mi oración, oh Dios; ¡no pases por alto mi grito de auxilio! Por favor, escúchame y respóndeme, porque las dificultades me abruman. Mis enemigos me gritan, me lanzan perversas amenazas a viva voz. Me cargan de problemas y con rabia me persiguen. Mi corazón late en el pecho con fuerza; me asalta el terror de la muerte. El miedo y el temblor me abruman, y no puedo dejar de temblar. Si tan solo tuviera alas como una paloma, ¡me iría volando y descansaría! Volaría muy lejos, a la tranquilidad del desierto.
Los problemas te hacen sentir de la misma manera en que lo describe el Rey David en este pasaje, pero en lugar de dejarte derribar por lo grande que son tus dificultades, pide ayuda a Dios, escríbeme para que te acompañe en oración, y enfrenta el día con fe y fuerzas del Cielo.
Ora así: Padre Dios, yo también me siento abrumado; te pido tu ayuda y que me liberes de esta situación. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes!