Tu Alimento Diario

San Marcos 5: 22-23; 35-36

«Entonces llegó uno de los líderes de la sinagoga local, llamado Jairo. Cuando vio a Jesús, cayó a sus pies y le rogó con fervor: Mi hijita se está muriendo. Por favor, ven y pon tus manos sobre ella para que se sane y viva.

Mientras él todavía hablaba, llegaron mensajeros y le dijeron: Tu hija está muerta. Jesús oyó lo que decían y le dijo a Jairo: No tengas miedo. Solo ten fe.»

Jairo, como la mayoría de los líderes de la Sinagoga, criticaba a Jesús, no creía en sus palabras, tampoco en los milagros, e impedía que la gente lo siguiera, hasta que tocó fondo cuando vio que su hija se estaba muriendo; acudió a Jesús y su hija resucitó.

Cuando el médico da un diagnóstico inesperado, el abogado pinta un panorama negativo, no hay salida para un problema económico, la relación familiar se derrumba, tienes que hacer como Jairo: deja de lado tus prejuicios, cae a los pies de Jesús y ruega con fe.

Ora así: Padre Dios, necesito tu ayuda, que salves mi vida, que visites mi casa, que resucites lo que está muerto. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Miércoles!