Tu Alimento Diario

Hechos 28: 7 al 10

«Cerca de la costa adonde llegamos, había una propiedad que pertenecía a Publio, el funcionario principal de la isla. Él nos recibió y nos atendió con amabilidad por tres días. Dio la casualidad de que el padre de Publio estaba enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a verlo, oró por él, puso sus manos sobre él y lo sanó. Entonces todos los demás enfermos de la isla también vinieron y fueron sanados. Como resultado, nos colmaron de honores y, cuando llegó el tiempo de partir, la gente nos proveyó de todo lo que necesitaríamos para el viaje.»

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Así como para el apóstol Pablo aquel naufragio finalmente fue para mejor, confía, porque aunque te encuentres atravesando las peores circunstancias, Dios proveerá todo lo que necesites. ¡No te rindas!

Ora así: Padre Dios, gracias por tu Palabra que me anima a no bajar los brazos, a seguir avanzando, creyendo que todo está en tus manos. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Lunes!