Tu Alimento Diario
Salmos 121:1-3
Levanto la vista hacia las montañas, ¿viene de allí mi ayuda? ¡Mi ayuda viene del Señor, quien hizo el cielo y la tierra! Él no permitirá que tropieces; el que te cuida no se dormirá.
El rey David necesitaba urgente ayuda, los enemigos lo acorralaban, buscaban destruirlo, arruinar su nación. Las fuerzas naturales no eran suficientes. Necesitaba la ayuda del Cielo.
Cuando la solución está fuera de tu alcance, no hay persona que pueda ayudarte, cuando sientes que estás en soledad y con mil problemas, aplica la misma receta que David: levanta tu mirada a Dios, cree, confía; extiende tus manos a Él, no esta dormido, no te dejará caer.
Ora así: Padre Dios, gracias por esta promesa que llega a mi vida en el momento justo. Espero confiado tu ayuda, con expectativa de que vas a mostrarme la manera, los contactos, los recursos, para salir adelante. En el nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!