Tu Alimento Diario
Salmos 32:5-6
Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: Le confesaré mis rebeliones al Señor, ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció. Por lo tanto, que todos los justos oren a Ti, mientras aún haya tiempo, para que no se ahoguen en las desbordantes aguas del juicio.
El pecado es un cancer espiritual que lentamente avanza hasta hacer metástasis en tu alma, rompiendo tu relación con Dios y los demás, robándote la paz durante el día y perturbándote en las noches, y por eso hay que extirparlo rápidamente de tu vida.
Arrepiéntete y pide perdón a Dios. Recibirás vida eterna, claridad para avanzar cada día, hasta tu cuerpo rejuvenecerá. ¡Con Dios a tu lado todo es posible!
Ora así: Padre Dios, me arrepiento por mis pecados y te pido perdón. Necesito tener una comunión diaria contigo, para que me guíes hacia una restauración completa. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!