Tu Alimento Diario

Salmos 32:2-5

«¡Qué alegría para aquellos a quienes el Señor les borró la culpa de su cuenta, los que llevan una vida de total transparencia!

Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día. Día y noche tu mano de disciplina pesaba sobre mí; mi fuerza se evaporó como agua al calor del verano.

Finalmente te confesé todos mis pecados y ya no intenté ocultar mi culpa. Me dije: Le confesaré mis rebeliones al Señor, ¡y tú me perdonaste! Toda mi culpa desapareció.»

El rey David confesó que mientras ocultaba sus pecados, se enfermó, la culpa le robó la tranquilidad, era impotente ante los problemas.

Pedir perdón a Dios, confesar tus pecados, trae paz a tu alma, sanidad a tu cuerpo, libertad de la culpa, fuerzas renovadas para enfrentar toda adversidad.

Ora así: Padre Dios, recibo tu exhortación para vivir conforme a tu voluntad, y por eso te pido perdón por todos mis pecados y decido andar en tu Camino. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Martes!