Tu Alimento Diario

Eclesiastés 12:4-5

Acuérdate de Él antes de que la puerta de las oportunidades de la vida se cierre y disminuya el sonido de la actividad diaria. Ahora te levantas con el primer canto de los pájaros, pero un día todos esos trinos apenas serán perceptibles. Acuérdate de Él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de los peligros de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un almendro en flor y arrastres los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el deseo sexual. Acuérdate de Él antes de que te falte poco para llegar a la tumba, tu hogar eterno, donde los que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro.

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Salomón te insta a ser agradecido ahora, a no esperar para más adelante, a reconocer que todo lo que tienes viene del cielo.

Acuérdate de Dios al comenzar cada día, dando gracias por la vida, decidiendo

hacer Su voluntad; acuérdate de Dios al sentarte a la mesa agradeciendo por los alimentos y todo lo que Él te provee; acuérdate de Dios y agradece por la familia que puso a tu alrededor; acuérdate del Señor por las noches, antes de dormir, para que tu descanso sea lo reparador que necesitas.

Solo agradeces lo que valoras, y al poner a Dios en primer lugar en tu vida te aseguras que sus bendiciones sigan siendo añadidas.

Ora así: Padre Dios, gracias por un día más de vida, por tu provisión, por la salud, por la familia. Te pongo en primer lugar en mi vida, y confío que tus bendiciones siempre me seguirán. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Domingo!