Tu Alimento Diario
2 Corintios 1:3-4
Dios es nuestro Padre misericordioso y la fuente de todo consuelo. Él nos consuela en todas nuestras dificultades para que nosotros podamos consolar a otros. Cuando otros pasen por dificultades, podremos ofrecerles el mismo consuelo que Dios nos ha dado a nosotros.
La vida es una carrera con obstáculos a saltar, con muchas alegrías y algunas tristezas, con tiempos de celebración y también de frustración, con sorpresas agradables y momentos donde necesitas el poderoso consuelo del Cielo.
Cada dificultad es suficientemente alta para dejarte una enseñanza, para que crezcas como persona, y en su momento, puedas ayudar y consolar a otros. Pero también es lo suficientemente baja para que puedas superarla, ser fortalecido y consolado por el Señor.
Ora así: Padre Dios, recibo las fuerzas, la sanidad, el consuelo de tu Espíritu Santo, que es más grande que todo dolor.
En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!