Tu Alimento Diario
1 Crónicas 4:9-I0
«Había un hombre llamado Jabes, quien fue más honorable que cualquiera de sus hermanos. Su madre le puso por nombre Jabes porque su nacimiento le causó mucho dolor. Él fue quien oró al Dios de Israel diciendo: ¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras mi territorio! ¡Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga, y líbrame de toda dificultad que me cause dolor!; y Dios le concedió lo que pidió.»
Esta persona estaba maldecida desde su nacimiento; su nombre significaba “doloroso”, por lo que su vida no era fácil, y por eso oró a Dios, porque era el único que podía darle un futuro de bendición.
El pecado te maldice, y solo Jesús puede cambiar tu vida y conceder tu petición si lo haces a la manera de Jabes.
Ora así: Padre Dios, ¡Ay, si tú me bendijeras y extendieras mi territorio! ¡Te ruego que estés conmigo en todo lo que haga, y líbrame de toda dificultad que me cause dolor! En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Lunes!