Tu Alimento Diario
Salmos 77:2-3
Busqué al Señor cuando me vi angustiado; por las noches, sin cesar, a él levanté mis manos; pues mi alma rehusaba ser consolada. Me acordé de Dios, y me sentí conmovido; al quejarme, mi ánimo decaía.
El filósofo Séneca dijo: “No es que nos acobardemos
porque las cosas sean difíciles, las cosas son difíciles porque nos acobardamos.”
Al pasar por problemas tienes dos opciones:
– quejarte, angustiarte, desanimarte, deprimirte, acobardarte;
– o buscar a Dios, levantar tus manos al Cielo y creer que vas a superar ese momento porque todo es fácil para Él.
Recuerda que tus palabras determinan tu estado de ánimo y tus resultados.
Ora así: Padre Dios hoy decido enfrentar toda dificultad creyendo que todo es posible para Ti. Dejo de quejarme porque debilita mi alma, me aferro a tus promesas y pongo manos a la obra. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!