Tu Alimento Diario

1 Samuel 30:1-4

Tres días después, cuando David y sus hombres llegaron a su casa en la ciudad de Siclag, encontraron que los amalecitas los habían asaltado, destruido y quemado la ciudad hasta reducirla a cenizas. Se habían llevado a las mujeres y a los niños y a todos los demás, pero sin matar a nadie. Cuando David y sus hombres vieron las ruinas y se dieron cuenta de lo que les había sucedido a sus familias, lloraron a más no poder.

Todos podemos tener un día malo,

cuando pierdes bienes económicos, te quedas sin trabajo, la familia está en serios problemas, o una enfermedad azota tu casa. Puedes llorar, ¡pero no te quedes deprimido!

David, en lugar de preguntarse por qué le sucedía todo aquello, oró a Dios, Quien le contestó que pelee, que no se quede con los brazos cruzados, que iba a recuperar todo y más, lo cual finalmente sucedió.

Ya lloraste, ahora busca a Dios, deja de lamentarte, ponte en pie y recupera todo lo perdido con la ayuda todopoderosa del Señor.

Ora así: Padre Dios, me levanto en tus fuerzas, y de acuerdo a tu promesa me dispongo a luchar porque creo que recuperaré todo lo que el diablo me robó y aun mas. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Jueves!