Tu Alimento Diario

San Lucas 9:59-62

Ven, sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo: ¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos! Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios. Otro dijo: Sí, Señor, te seguiré, pero primero deja que me despida de mi familia. Jesús le dijo: El que pone la mano en el arado y luego mira atrás no es apto para el reino de Dios.

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En aquel tiempo había demandas familiares, como esperar que los padres mueran para recién ahí salir de la casa. Pero Jesús dejó en claro que, en medio de las situaciones sociales tan complejas en las que vivimos, nada es más importante que extender su Reino para provocar un cambio en el clima espiritual.

“Cuando termine los estudios”, “cuando tenga un buen empleo”, “cuando mi negocio crezca”, voy a tener tiempo para ayudar a otros. No pongas más excusas. En medio de tus actividades diarias, decide seguir al Señor, sirviendo a tu familia, orando por tu compañero, bendiciendo a tu cliente, dando de comer al hambriento, intercediendo por tu ciudad al caminar por ella.

Ora así: Padre Dios, reconozco que he postergado tu llamado a servirte, pero ahora mismo, al hacer mis tareas cotidianas, decido ser de bendición para todos. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Miércoles!