Tu Alimento Diario

Santiago 1:12-14

“Dios bendice a los que soportan con paciencia las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran.”

La tentación surge de tu propio corazón: adulterio, fornicación, inmundicia, malos pensamientos, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, rencor, contiendas, envidias, homicidios, borracheras, vicios, orgías, venganzas, y cosas semejantes.

No cedas a la tentación, que produce destrucción y muerte. Solo el poder de Dios puede vencer la fuerza del pecado para que vivas. ¡Buscalo!

Ora así: Padre Dios, reconozco que muchas veces he cedido a la tentación. ¡Perdóname!. Recibo ahora las fuerzas de tu Espíritu para vencer toda fuerza del mal. Renuncio a las obras de las tinieblas y decido andar en Luz. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Martes!