Tu Alimento Diario
Nehemías 1:3-6
«Las cosas no andan bien. Los que regresaron tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de la ciudad fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego. Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del cielo, y dije: Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo. Confieso que hemos pecado contra ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado!»
Por causa del pecado, una familia y hasta una nación, son avergonzadas, debilitadas, lejos de la bendición de Dios. Pero el arrepentimiento sincero rompe la maldición y abre los cielos para dar lugar a un nuevo tiempo.
Vuelve ahora a Dios, pide perdón, busca su bendición, sobre tu casa y tu país.
Ora así : Padre Dios, reconozco que hemos pecado y te pido perdón, por los pecados de mi familia y también por los de mi nación. ¡Sálvanos! Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Lunes!