Tu Alimento Diario

San Marcos 4:38, 39.

«Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron. Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma.”

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¡Claro que a Jesús le importa tu vida! Las tormentas de la vida no son para que te ahogues, sólo dificultades a superar; no son el final de la carrera, sino vallas a saltar.

Enfrenta los desafíos, pide ayuda a Jesús con la seguridad que le importas. Tiene todo el poder para provocar una gran calma para que sigas navegando.

Ora así: Padre Dios, reconozco, que ante el tamaño de las olas, pensé que era el fin, que me iba a ahogar. Pero hoy clamo a Jesús para que ponga calma en mi alma y me dé fuerzas para llegar a buen puerto. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Jueves!