Tu Alimento Diario

San Marcos 2: 3-5, 11.

Llegaron cuatro hombres cargando a un paralítico en una camilla. Como no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud, abrieron un agujero en el techo, encima de donde estaba Jesús. Luego bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: Hijo mío, tus pecados son perdonados.

Levantate, toma tu camilla y vete a tu casa.

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La fe de aquellos amigos sorprendió a Jesús e hizo que este hombre fuera perdonado y sanado completamente.

La fe no tiene techo. ¡No le pongas límites a Dios!

Hoy puedes estar cargando con la parálisis por una enfermedad, un problema familiar, una economía estancada, un vicio que te domina, y no sabes cómo resolverlo. Rompe el techo de la incredulidad, acércate a Jesús, sorprende a Dios con tu fe. Cree y tu futuro no tendrá techo.

Ora así: Padre Dios, al leer tu Palabra creo que todo es posible, que los límites solo están en mi mente. Perdona mis pecados, sana completamente mi vida. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Domingo!