Tu Alimento Diario
Mateo 20:31-34
“«¡Cállense!», les gritó la multitud. Sin embargo, los dos ciegos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!». Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó: ¿Qué quieren que haga por ustedes? Señor, dijeron, ¡queremos ver! Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.”
Aquellos dos ciegos podían haber pedido comida, dinero, un techo, un bastón blanco, para suplir sus necesidades inmediatas; pero fueron sabios para pedir algo extraordinario que cambió sus vidas completamente.
Cuando le pidas a Dios, no busques resolver tus problemas inmediatos, que el Gobierno o tu jefe te aumente para tener más recursos. Más bien, pide un trabajo mejor, ideas para emprender un negocio, Poder del Cielo para generar riquezas con tus manos; y así dejar de depender de los demás.
`Ora así:` Padre Dios, recibo sabiduría para pedir aquello que cambiará mi vida y la de mis generaciones y vivir en verdadera libertad. En el nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Miércoles!