Tu Alimento Diario
Job 5:17-18
Cuando el Dios todopoderoso te corrija, puedes considerarte bendecido; no desprecies su corrección. Dios hiere, pero cura la herida; Dios golpea, pero alivia el dolor.
Al igual que tus padres te disciplinaban, o un agricultor poda lo que no sirve para que el árbol sea más fructífero, Dios te corrige aunque duela, sana las heridas producidas por tus errores, te muestra su Camino, para que des fruto en todas las áreas terrenales y tengas vida eterna.
Ora así: Padre Dios, te pido perdón por mis pecados y te doy gracias por corregirme. ¡Sana mis heridas! Te seguiré todos los días de mi vida. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!