Tu Alimento Diario
Salmos 44:3
No fue con sus espadas que conquistaron, ni sus brazos fuertes les dieron la victoria. Fueron tu mano derecha y tu brazo fuerte, y la luz cegadora de tu rostro que los ayudó, porque los amabas.
Toda victoria no es producto solo de tu voluntad, deseo o fuerza, sino del poder sobrenatural de Dios. Haz lo posible con tus manos, y luego entrega los imposibles al Señor, quien te ayudará porque te ama incondicionalmente.
Ora así: Padre Dios, decido avanzar reconociendo mis limitaciones y creyendo que eres Tú quien me dará la victoria. En el Todopoderoso Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Martes!