Tu Alimento Diario
Filipenses 2:3-4
«No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.»
Desde siempre, el corazón humano fue egoísta, considerándose superior a los demás, buscando el bien propio, generando rivalidades, peleas; todo lo que termina en destrucción.
Hay otro camino: el amor, la humildad, considerándolo al otro mejor que uno mismo, buscando su beneficio. Esta actitud atrae la recompensa de Dios.
Ora así: Padre Dios, pongo a Jesús como el centro de mi vida, y decido vivir para servir a los demás, humildemente, sin esperar aplausos, creyendo que la recompensa viene de Ti. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Viernes!