Tu Alimento Diario

San Mateo 27: 50-54

Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. En ese momento, la tierra tembló, las rocas se partieron en dos. El oficial romano y los otros soldados que estaban en la crucifixión quedaron aterrorizados por el terremoto y por todo lo que había sucedido. Dijeron: ¡Este hombre era verdaderamente el Hijo de Dios!.

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Un día como hoy, hace dos mil años, Jesús entregaba su vida en una horrible crucifixión, que sería el precio para nuestra salvación. Al momento de su muerte, la tierra tembló de tal manera que sus mismos ejecutores reconocieron que Él era el Hijo de Dios.

Hoy la cristiandad recuerda ese viernes, invitando toda la humanidad a que también recuerde y acepte a Jesús como el Salvador.

Reconocerlo, aceptarlo, creer que murió por ti, te permite recibir perdón de tus pecados, la salvación de una muerte eterna, las bendiciones en la tierra como hijo de Dios.

Ora así: Padre Dios, gracias por la muerte de Jesucristo. Creo que Él dio su vida, derramó su sangre, para pagar por mis pecados. Te pido que me perdones y me aceptes como tu hijo. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Viernes!