Tu Alimento Diario
San Lucas 10:3, 5
«Los envío como corderos en medio de lobos. En cualquier casa adonde entren, antes que nada digan: “Paz a esta casa.” »
El lenguaje de la tinieblas es hablar mal del otro, “mal-decir”, pero el idioma del Reino de Dios es la bendición, “bien-decir”, desearle el bien a todos, incluso al “vecino lobo”.
Aplícalo, primero, en tu propio hogar, pero también en tu barrio, en tu trabajo, en tu escuela, etc.
Jesús te invita a hacer una tarea sencilla:
– Bendecir a cada vecino,
– Llevar paz a cada casa,
– Orar por su vida personalmente,
– Ofrecerle que sea parte del Reino de los Cielos, recibiendo a Jesús en su vida, invitándole a que entre a su hogar.
Ora así: Padre Dios, gracias por bendecir cada día mi vida. Estoy dispuesto a compartir esta bendición, orando con mis vecinos, invitándoles a que sean parte de tu Reino. ¡Te pido la Paz para mi Ciudad! En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!