Tu Alimento Diario
Salmos 25:5-7
Guíame con tu verdad y enséñame, porque Tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en Ti mi esperanza. Recuerda, oh Señor, tu compasión y tu amor inagotable, que has mostrado desde hace siglos. No te acuerdes de los pecados de rebeldía durante mi juventud. Acuérdate de mí a la luz de tu amor inagotable, porque Tú eres misericordioso, oh Señor.
Cuando tus asuntos no vienen bien, no busques culpables; como hizo el Rey David, reconoce que es el pecado quien te alejó de los favores de Dios, de su bendición.
Pide al Señor que te perdone y te salve; que por su amor, compasión y misericordia restaure tu vida; que te guíe para volver a la senda de la victoria.
Ora así: Padre Dios, vuelvo a Ti, reconociendo mis pecados y pidiéndote perdón. Sé que ellos me apartaron de tu bendición. Guíame y enséñame tus caminos. Hoy recupero la esperanza. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!