Tu Alimento Diario

San Juan 9:6-7

Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé. Entonces fue, se lavó y regresó viendo.

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El poder no estaba en el barro ni en el agua del estanque; el milagro se produjo por haber obedecido luego de creerle a Jesús.

No importa la gravedad de la situación por la que estás pasando; pon tu necesidad en las manos de Dios, cree siempre en sus Palabras, y obedece andando en ellas. Si lo haces; milagros extraordinarios también sucederán en tu vida.

Ora así: Padre Dios creo en tu Palabra, y decido ser obediente en todo. Te pido que sobrenaturalmente actúes sobre todas mis necesidades y desafíos. En el Nombre de Jesús, amén.

¡Bendecido Domingo!