Tu Alimento Diario
1 Samuel 30:1-2
Cuando David y sus hombres llegaron a su casa en la ciudad de Siclag, encontraron que los amalecitas habían asaltado el Neguev y Siclag; habían destruido Siclag y la habían quemado hasta reducirla a cenizas. Se habían llevado a las mujeres y a los niños y a todos los demás, pero sin matar a nadie.
Finalmente, David, después de llorar y consultar a Dios, recuperó aún más de lo que el enemigo le había robado.
Deja de llorar por lo perdido, no te rindas, pide al Señor, ponte en marcha, pelea con fuerzas, lo perdido no está muerto, recupéralo!! la victoria es la herencia de los hijos de Dios.
Ora así: Padre Dios, gracias por tu Palabra, me levanto en tus fuerzas para pelear hasta lograr la victoria prometida. En el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Jueves!