Tu Alimento Diario
Hebreos 4:16
Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
Gracia es un favor no merecido, que se recibe sin mérito alguno. El precio para que llegues al trono de Dios ya lo pagó Cristo con su vida.
Ahora acércate confiadamente, pon en manos de Dios cada problema de enfermedad, familiar, económico, miedos, vicios. Cuando más lo necesitas, se manifestará en tu vida Su misericordia.
Ora así: Padre Dios, gracias por permitirme acercar confiadamente a tu trono. Me arrepiento de mis pecados y busco tu ayuda y misericordia. Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Domingo!