Tu Alimento Diario
Salmos 116:3-6
La muerte me envolvió en sus cuerdas; los terrores de la tumba se apoderaron de mí. Lo único que veía era dificultad y dolor. Entonces invoqué el Nombre del Señor: ¡Señor, por favor, sálvame!. ¡Qué bondadoso es el Señor! ¡Qué bueno es él! ¡Tan misericordioso, este Dios nuestro! El Señor protege a los que tienen fe como de un niño; estuve frente a la muerte, y él me salvó.
Hay situaciones extremas cuando el miedo, la desesperación te quieren dominar: la enfermedad, como sucede en estos dias, pero también dificultades económicas, problemas familiares.
La única receta infalible, es clamar a Dios, casi un grito que sale de tu interior: ¡Sálvame Señor!
Clama así: Padre Dios, estoy necesitando tu ayuda, no veo salida, ¡sálvame!¡Ayúdame! ¡Ven a mi socorro! Te lo pido en el Nombre de Jesús, amén.
¡Bendecido Martes!